Sobre el libre albedrío
y el sentido de la vida
El libre albedrío
No existe el libre albedrío tal y como se viene entendiendo. Cuando actuamos en un momento concreto en el tiempo, t0, nuestra ilusión de “podría haber hecho algo diferente” en un momento posterior, t1, viene causada por el recuerdo de nuestra intención en un momento anterior, t-1. Lo que causó la intención en un momento anterior a éste en el tiempo (t-2, t-3,..) podría estar o no estar parcialmente en nuestra memoria. Pero en algún momento anterior a nuestra intención no hay ni siquiera un solo recuerdo de parte de las razones que motivaron la intención o las causas que la provocaron.
Todo esto es necesariamente cierto si todo en el universo sigue las leyes de la física que determinan el futuro hacia la eternidad.
También es necesariamente cierto si todo en el universo sigue las leyes de la física que permiten los procesos verdaderamente azarosos.
La libertad de elección que percibimos tiene que ser una ilusión a menos que la toma de decisiones sea independiente del mundo físico, lo cual sería entonces incompatible con el naturalismo.
El libre albedrío naturalista reconoce la ilusión fundamental pero afirma que nos sentimos más libres cuanto más conscientes somos de las causas de nuestras intenciones.
- Un animal no-humano actúa por un estímulo y no es libre en su elección.
- Un humano puede sentirse libre si puede rechazar algo apetecible, porque es consciente de su instinto, pero quizá no sea consciente de su contrarianismo automático.
- En un momento posterior en la vida puede sentirse más libre si puede rechazar o aceptar algo apetecible siendo consciente de su instinto y al mismo tiempo de su contrarianismo automático. Pero quizá no sea consciente del orgullo de su ego regocijándose en la toma de conciencia.
- Etc.
Cuanto más libres nos sentimos en base a nuestra toma de conciencia, más difícil es para otros manipularnos.
Cuanto más libres nos sentimos en base a nuestra toma de conciencia, más serenos estamos.
El hecho de que un observador desde fuera, o un dios o un programador alienígena todavía puedan manipularnos fácilmente es irrelevante para nuestra vida cotidiana.
En nuestra vida diaria actuamos en la incertidumbre del futuro en el presente. Sólo podemos vivir en el presente. No importa si pasamos el tiempo sufriendo por ciertos recuerdos o mirando hacia adelante con la visión de un mundo mejor, todo está determinado por las leyes de la física (y quizá el azar).
Lo que importa no es lo que tú, lector, pensaste o sentiste sobre la última frase que escribí. Lo que importa es que acabas de leerla y que es parte de tu campo de atención ahora. Y quizás en muchos momentos a partir de ahora. Ninguno de esos momentos presentes puede ser diferente así que… ¿por qué no aceptar la realidad radicalmente tal y como se despliega ante nuestros ojos?
“Si todo está determinado ya, no importa lo que haga”: ésta es una creencia que puedes tener y si es así, así está determinada. Vamos a llamar a esta creencia “A”.
“Si todo está ya determinado, significa que ni yo ni nadie podría haber actuado de manera diferente y por lo tanto, juzgar el comportamiento pasado no tiene ningún sentido, aparte del de comprender probabilidades para el futuro. El futuro viene determinado también pero yo no puedo predecirlo con certeza, lo cual es una bendición porque significa que hay esperanza de que la mejor (o una muy buena) versión posible del futuro en mi imaginación pueda hacerse realidad.
Nunca voy a perder la esperanza porque solo vivo en el presente que acepto radicalmente, continuamente. Siempre voy a mantener la esperanza y me haré la pregunta que está basada en la belleza de la incertidumbre: ¿Qué necesitaría hacer para elevar mi probabilidad subjetiva de que un futuro mejor en mi imaginación pueda hacerse realidad?”. Ésta es una creencia que podrías tener y si es así, también está ya determinada. Vamos a llamarla “B”.1
De nuevo, lo que es importante es que tú, lector, acabas de verte expuesto a la posibilidad de una creencia como “B”.
Si no la hubieras leído y hubieras llegado a la creencia “A” en algún momento de tu vida, podrías haber pensado que era la única o la más correcta posible. Podrías haberte sentido menos libre. Con “A” y con “B” puede que te sientas más libre.
¿Pero por qué todo esto es importante? ¿Qué quiere decir eso de un “mundo mejor”?
El sentido de la vida
Como con el libre albedrío, no existe tal cosa como el sentido de la vida.
Si queremos saber algo, hemos descubierto que el método científico es el camino a seguir. No porque nos dé una certeza absoluta, sino porque nos da teorías sólidas que todavía no hemos podido refutar, incluso después de muchos intentos. Confiamos en esas teorías con nuestra propia vida cuando volamos en avión, por ejemplo.
De modo que aunque no tengamos certeza absoluta de lo que hay, el método científico nos informa bien sobre lo que puede ser.
La cuestión sobre el sentido de la vida, a pesar de todo, no es una cuestión sobre lo que es, sino sobre lo que debería ser. ¿Qué debería hacer yo? La distancia insalvable entre las preguntas ¿qué es? y ¿qué debería ser? ha sido probablemente debatida desde que los primeros humanos pisaron la tierra. Si la distancia es insalvable, entonces no hay ningún sentido de la vida que podamos deducir lógicamente. ¿El fin?
Si no hay una respuesta lógica a lo que yo debería hacer, eso es liberador también. Cuando era joven, lo dejé ahí.
Hoy diría que la pregunta de lo que debería hacer no me interesaba tanto. Si hubiera estado más interesado, habría intentado comprender mejor el abismo que separa esas preguntas, ¿qué es? y ¿qué debería ser? ¿Hay algo cercano a lo que debería hacer yo? ¿Podría encontrar algo que hiciera la distancia realmente pequeña? ¿Cómo se vería la distancia mas pequeña? Es decir, ¿qué tipo de afirmación podría hacer en torno a ¿qué es? por un lado, y ¿qué debería ser?, por otro lado, de tal manera que permitiera a una hormiga cruzar el abismo antes insalvable fácilmente?
Antes de seguir leyendo, trata de pensar por ti mismo. Luego mira si equivale a lo siguiente (si encontraste algo que no es equivalente y que bajo tu punto de vista hace la distancia incluso más pequeña, déjame saber @VBrunsch).
¿Qué es?
Todo ser vivo y sintiente desea vivir el máximo tiempo posible si se trata de vivir con calidad.
¿Qué debería ser?
Ninguna reducción del tiempo de vida de calidad.
(Una version anterior equivalente que encontraba problemas en casos extremos era ¿Qué es? Nadie quiere sufrir. ¿Qué debería ser? Reducción del sufrimiento.2)
Ejemplo fácil
Le preguntas a una señora mayor que trata a los animales muy bien: “¿Qué haría tu vida más desgraciada?” Respuesta: “La muerte de mi perro”. El cachorro contribuye a la calidad de su vida y posiblemente el perro también goce de una buena vida. -> No mates al cachorro.
Un ejemplo no tan fácil
Un hombre tiene una cierta condición médica y los doctores le dan seis meses de vida. Él sufre dolor constantemente. Le encanta fumar. Hay reglas muy estrictas que prohíben fumar en el hospital y en el jardín. Sabes que él conoce la normativa, pero le ves fumar en el jardín. ¿Le permites fumar? Probablemente, ¿no?
Quizá no estés de acuerdo. Para este segundo ejemplo quizá precisemos algo más de información: ¿Cuántas personas hay normalmente en el jardín y cómo es de grande? ¿Hay un tratamiento posible para su condición que quizá le permitiera vivir más tiempo? Si es así, ¿sería mejor a pesar de todo dejarle fumar?
“No reduzcas el tiempo de vida de calidad” es una directriz simple. Sin embargo, implica el cálculo de un valor esperado de este tiempo de vida de calidad y posiblemente un cambio de tu propio comportamiento, lo cual no es nada fácil. De hecho, suele ser bastante difícil.
Para seguir esta directriz, uno necesitaría tener más conocimiento acerca de sí mismo, las circunstancias y otras personas. Puede ser tentador enfocarse en otros primero en vez de en nosotros mismos por dos razones principales:
- Aunque nacemos con curiosidad natural, los entornos tóxicos como los de la mayoría de las escuelas matan esta curiosidad con su penalización de los errores y su imposición de lo que debe ser aprendido. ¿Y ahora se supone que tenemos que aprender otra vez? ¿Sobre nosotros mismos?
- Sólo unos pocos fueron lo suficientemente afortunados y tuvieron a un mentor o mentora que los guio con amor cuando experimentaron emociones negativas en la niñez. Podemos ser adultos sobre el papel pero no hemos aprendido todavía cómo nuestras emociones negativas pueden ser en realidad incluso nuestras aliadas. En vez de eso, hemos desarrollado mecanismos desadaptativos para manejarlas o silenciarlas. Tenemos miedo de aprender sobre ellas y no queremos admitirlo. Luchamos para que nuestro niño interior no se vea expuesto.
Es importante recordar que no existe el libre albedrío y nada de lo que hiciste o de lo que sucedió podría haber sido de otra manera. También es importante recordar la mentalidad-B: siempre hay esperanza gracias a la incertidumbre. Ninguna persona puede predecir el futuro con un 100% de certeza. Si en este momento no crees que puedas ayudarte a ti mismo o que otra persona pueda ayudarte, trata al menos de no reducir el tiempo de vida de calidad de otro ser humano. A veces, pedir ayuda es más fácil cuando uno se da cuenta de que otras personas amadas se ven afectadas si uno no se cuida. De nuevo, esto no va de echarse culpas. No podría ser así, puesto que no existe el libre albedrío.
La gente que no deja de reducir el tiempo de vida de calidad de otros porque no saben cómo parar en este momento o porque tienen la actitud de “nada importa porque la vida no tiene sentido de todas formas” necesitarán encontrar ayuda, o bien ser multadas o incluso encerradas por algún tiempo, no porque podrían haber actuado de manera diferente, sino porque la sociedad necesita protegerse de ellos.
A pesar de que es más difícil enfocarse en uno mismo primero, esto tiene dos ventajas:
- Implica menos variables, de modo que es más sencillo, aunque no más fácil.
- Si te enfocas primero en ti mismo, no sólo tú te verás beneficiado.
Hay una hermosa coincidencia aquí: en la sección sobre el libre albedrío solo describimos que las personas con más conocimiento de sí mismas se sentirán más libres y más serenas. En esta sección concluimos que para seguir la directriz necesitaremos aprender acerca de nosotros mismos. La investigación sobre el sentido de la vida nos conduce al camino de sentirnos libres.
¿Hay algo más que pueda hacer? Después de todo, la máxima “no reduzcas el tiempo de vida de calidad” es más bien pasiva. ¿Cómo puedo actuar después de aprender cómo no lastimar? El próximo paso lógico es tratar de aumentar el tiempo de vida de calidad. Fácil ahora, ¿verdad? ¡No! La historia está llena de ejemplos de personas con buenas intenciones que terminaron provocando más sufrimiento que aquel con el que empezaron. Si tienes la inclinación por hacer más, de nuevo, empieza por ti mismo. Experimenta, exponte a nuevos retos, sigue aprendiendo acerca de ti mismo, trata de comprender qué entornos te ayudan a crecer, qué cosas te apasionan.
¿Más aún? Somos animales sociales. Normalmente aumentamos nuestro tiempo de vida de calidad y la de los demás en relaciones fuertes de uno a uno (con una pareja, buenos amigos, incluso padres u otros familiares). Aprender acerca de uno mismo puede ser menos abrumador si se hace en compañía. Crea entornos que os permitan crecer juntos.
¿Incluso más? Si te encuentras aprendiendo junto a tu pareja o un compañero con pasión constantemente y queréis aumentar el tiempo de vida de calidad, éstas pueden ser las mejores precondiciones para ser padres si sabes lo suficiente de ti y esperas que esto no vaya a reducir en realidad tu tiempo de vida de calidad o el de tu pareja. (Piensa en las concesiones necesarias y en las consecuencias de segundo orden para los niños.)
¿Aún más? ¿Todavía aprendiendo sobre ti? ¿Te apasiona guiar a grupos y ayudarles a aprender? ¡Quizá seas un emprendedor nato, un mentor o un profesor!
¿Más aún? (Si cualquiera de estas preguntas se responde con un “sí” procedente de la codicia/ambición en vez de la pasión, por favor, piénsatelo dos veces!) Si te has convertido en una persona con conocimiento del mundo y de ti mismo, es decir, si eres sabio y sientes pasión por hacer aún más, puede que quieras expandir tu trabajo en la creación de entornos de aprendizaje al nivel comunitario. ¡Puede que estés hecho para la política local!
Si tu pasión no está en ser padre, profesor o político, sino en ser algo diferente y te empeñas en ello (tu camino), lo más seguro es que aumentando tu propio tiempo de vida de calidad, aumentes también el de las personas que te rodean.
¿Pero cómo se puede aumentar o reducir algo? ¿No está todo ya determinado?
Recuerda la mentalidad-B. La incertidumbre emparejada con nuestra imaginación nos permite ensoñar diferentes versiones del futuro en el presente. Sabemos qué versiones nos gustan más que otras. Y cuanto más hagamos por expandir el horizonte, más podremos ensoñar. La idea de reducir o aumentar la calidad del tiempo de vida se asienta en el aquí y ahora, en la imaginación de los futuros cuyas posibilidades comparamos.
Mi voluntad no es libre.
Mi vida no tiene sentido.
Mi futuro es incierto.
Contra toda intuición, esas tres frases son en verdad bien empoderadoras.
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1 Obviamente, puede que tengas otras creencias: “C”, “D”, …
2 Más precisamente: Reducción del valor esperado del sufrimiento.
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Versión inglesa / Versión alemana
Mi gratitud especialmente a aquellos que me ayudaron a dar forma a mis ideas:
Lisa Renger, Matthias Renger y Verónica Rodríguez Ballesteros.